¡¡¡LOS DERECHOS HUMANOS SON PARA HUMANOS DERECHOS!!!

Aclaración:

El presente testimonio se presenta a los lectores como una crónica. Por este motivo, se debe leer de atrás (el principio) hacia adelante (desarrollo y final); en otras palabras, de lo más viejo a lo más reciente. En cualquier caso y dadas las circunstancias, de no disponer de mucho tiempo, me tomé la molestia de etiquetar algunos hechos o personajes para entrar en contexto. Dicho todo esto, a iluminarse con la verdad de mi testimonio.

28 mar 2011

El asado del 24 de marzo

Bueno, queridos lectores, en primer lugar deseaba disculparme por el largo tiempo que pasó desde mi último testimonio hasta ahora. Sucede que las prácticas cotidianas me mantuvieron eternamente ocupado y, dada la desaparición sistemática de mi tiempo libre, no pude detenerme a escribir unas breves líneas.

Quería hablar hoy de lo acaecido el último 24 de marzo. Quiero hacer eso porque es un día muy especial en la historia del militante y en la mía particular: todos los 24 de marzo, recuerdo, salíamos con mi viejo a comprar ravioles, comíamos como cerdos, terminábamos borrachos y cantábamos la marcha del Mundial ’78:

25 millones de argentinos
jugaremos el Mundial…

¡Qué tiempos aquellos! ¡Cómo la pasábamos de bien! ¡Se me pianta el lagrimón! ¡Pero estos entes malignos arribaron al gobierno y, a través de sus prácticas subversivas, arruinaron las prácticas nacionales más tradicionales y mejor arraigadas en nuestra patria! ¡Cómo los odio! ¡El presente 24 de marzo no podría hacer una raviolada porque estaba en la clandestinidad! Tampoco podría ir a una manifestación a quejarme contra la justicia vengativa porque Menotti ordenó que nos quedáramos tranquilos. No podía hacer nada.
Junto a mis compañeros de la Casa de la calle Sourdeaux me encontraba la mañana del 21 de marzo, día en el que Menotti nos ordenó pasividad.
- Esto no puede quedar así – señaló Luque, un tanto enojado.
- Sin lugar a dudas – lo siguió Houseman.
- Habría que hacer algo, ¿no? – intervino, con su habitual retórica, Gallego.
La invitación que mandé por facebook
- No lo sé. ¿Qué podríamos hacer? – preguntó Luque.
- Sí – lo acompañó Tarantini -, ¿qué se puede hacer?
- ¿Qué tal un asado? – acoté.
Se hizo un silencio. Un espacio de reflexión bastante largo. Las caras de mis compañeros se iluminaron y las sonrisas aparecieron junto a esa luz providencial.
- ¡Excelente idea, Alexei! – me alentó Luque - ¡Podemos hacer un asado muy rico si nos ponemos las pilas!
- ¡Voy a invitar a la gente por facebook! – me emocioné -. De seguro a muchos militantes les dará placer saber que se hará un asado este 24 de marzo.
Y eso fue lo que hice. Aquel día me dispuse a invitar a todos los compañeros de armas y a provocar a la gente en el muro del facebook de 6, 7, 8 (hagan click en las siguientes imágenes para apreciar mejor la provocación):

El 24 de marzo vinieron todos los compañeros. Estábamos los anfitriones, Menotti y la cúpula del E.C.N., Bertoni, Ardiles y su hijo Killer, las mujeres de la Liga de Amas de Casa, representantes del Movimiento de Sacerdotes del Primer Mundo. Todos estábamos felices y comenzamos el jolgorio. En todos nació la esperanza de que, no muy lejos en el tiempo, podríamos volver a celebrar un asado como aquel del 24 de marzo sin estar en la clandestinidad.

Creo imperativo aclarar que le tapé a los concurrentes sus rostros para que no sean reconocidos y, por tanto, sus vidas no estén en riesgo
¡Que la chupen los montoneros! ¡Aníbal Fernández, vos también la tenés adentro!

2 comentarios:

Daniel dijo...

Si fue el loco Housemann habrán puesto un buen tinto, no?

Little Freud dijo...

Si es que no hay buen tinto, el asado no es asado... de cualquier forma si observás la foto de los compañeros notará una botella vacía. El que está al lado de la misma es el Hueso Houseman.